Bestiario: Fleders
FLEDERS
Desmembran completamente el cadáver. Lo único que quedó de la nariz era un agujero de sangre coagulada. Una de las cuencas oculares había sido devorada sin posibilidad de reconocimiento. Tenía la mandíbula arrancada. Ante este espectáculo, el sargento Dovate se hartó de vomitar y hubo que echar mano de sales aromáticas. El caso se ha cerrado y los hechos se han atribuido a un ser sobre natural.
-Fragmento de un informe de la Guardia Ducal de Toussaint
Los fleders están clasificados como vampiros menores. A pesar de que fisiomágica y fisonómicamente son más débiles que los demás vampiros de su clase, no deben ser infravalorados, ya que por esto son bastante peligrosos. Los fleders son inconfundibles: mandíbulas grandes y dentadas, caras planas y desagradables, carentes de todo pelo y llenos de verrugas. Usan dientes y garras para luchar, que no dejan de agitar sin control aunque la víctima ya esté muerta. Solo hace falta un fleder para derribar aun soldado bien entrenado. Comparado con otros vampiros, los fleders muestran menos inteligencia, hecho claramente visible en la furia descontrolada con la que atacan y despedazan a los enemigos más débiles.
Desmembran completamente el cadáver. Lo único que quedó de la nariz era un agujero de sangre coagulada. Una de las cuencas oculares había sido devorada sin posibilidad de reconocimiento. Tenía la mandíbula arrancada. Ante este espectáculo, el sargento Dovate se hartó de vomitar y hubo que echar mano de sales aromáticas. El caso se ha cerrado y los hechos se han atribuido a un ser sobre natural.
-Fragmento de un informe de la Guardia Ducal de Toussaint
Los fleders están clasificados como vampiros menores. A pesar de que fisiomágica y fisonómicamente son más débiles que los demás vampiros de su clase, no deben ser infravalorados, ya que por esto son bastante peligrosos. Los fleders son inconfundibles: mandíbulas grandes y dentadas, caras planas y desagradables, carentes de todo pelo y llenos de verrugas. Usan dientes y garras para luchar, que no dejan de agitar sin control aunque la víctima ya esté muerta. Solo hace falta un fleder para derribar aun soldado bien entrenado. Comparado con otros vampiros, los fleders muestran menos inteligencia, hecho claramente visible en la furia descontrolada con la que atacan y despedazan a los enemigos más débiles.
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